El Camino de Santiago es conocida en todo el mundo, y la gran mayoría saben que el final del Camino es la tumba del apóstol Santiago. Pero seguramente muy pocos conocen cómo y cuando se descubrió el sepulcro de Santiago. Y es una parte importante de nuestra historia que da sentido a las peregrinaciones desde todo el mundo. De eso vamos a hablar hoy: del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago, cómo y cuando se produjo.
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El contexto histórico
Antes de abordar el descubrimiento del sepulcro de Santiago hay que entender el contexto histórico de la época. Estamos hablando de principios del siglo IX, en aquel momento la Península Ibérica estaba bajo ocupación musulmana que alternaba momentos de coexistencia y guerras entre cristianos y musulmanes y también entre distintos reinos entre ellos.
En ese contexto el reino de Asturias era uno de los pocos bastiones cristianos en el norte. Sin duda uno de los reinos cristianos más fuertes que había y buscando fortalecer su identidad y la fe cristiana frente al avance musulmán.
La leyenda del Apóstol Santiago
En este contexto hay que hablar de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Jesús y el encargado de viajar hasta Hispania para transmitir el Evangelio.
Sufrió martirio en Jerusalén en el año 44 después de Cristo y fueron sus discípulos Teodoro y Atanasio se encargaron de trasladar sus restos hasta Galicia.
Eso sí fueron enterrado en un lugar desconocido de la región. Y los rumores de esta leyenda se trasladaron de boca en boca por siglos hasta el momento del descubrimiento en el siglo IX.
El descubrimiento del Sepulcro de Santiago
El descubrimiento del sepulcro de Santiago se sitúa alrededor del año 813.
Según las crónicas de la época, un ermitaño llamado Pelayo vivía en el bosque de Libredón, en lo que hoy es Santiago de Compostela.
Una noche, Pelayo observó una serie de luces misteriosas en el cielo, similares a una lluvia de estrellas, que iluminaban un lugar específico en el bosque.
Impresionado por este fenómeno celestial, Pelayo informó de su visión al obispo Teodomiro de Iria Flavia.
El Obispo Teodomiro investiga
El obispo Teodomiro, tras recibir la noticia de Pelayo, decidió investigar personalmente el fenómeno.
Acompañado de su séquito, se dirigió al lugar indicado y comenzó a excavar en la zona donde se habían visto las luces.
Tras excavar en el lugar encontraron una tumba que contenía tres cuerpos, uno de los cuales fue identificado como el del apóstol Santiago por las inscripciones y señales encontradas.
Se confirma el milagro
La noticia del descubrimiento del sepulcro de Santiago se extendió con rapidez por toda la región.
Y en poco tiempo llegó a oídos del rey Alfonso II de Asturias, conocido como Alfonso el Casto y decidió visitar el lugar para verificar personalmente el hallazgo.
Tras su visita, Alfonso II declaró el lugar como sagrado y ordenó la construcción de una pequeña iglesia sobre la tumba, que más tarde se convertiría en la catedral de Santiago de Compostela.
De ahí que se conozca a Alfonso II el Casto como el primer peregrino de la historia.
Nace la peregrinación
El descubrimiento del sepulcro de Santiago marcó el inicio de una de las peregrinaciones más importantes del mundo cristiano.
En poco tiempo, miles de peregrinos comenzaron a viajar desde diferentes partes de Europa para venerar las reliquias del apóstol.
El Camino de Santiago se consolidó como una ruta espiritual, cultural y social, atrayendo a personas de todas las clases sociales y procedencias.
Con el creciente número de peregrinos, la pequeña iglesia construida por Alfonso II se quedó pequeña.
En el siglo XI, bajo el patrocinio del obispo Diego Peláez y del rey Alfonso VI, comenzó la construcción de la majestuosa catedral románica que conocemos hoy.
El Camino en la Edad Media
Durante la Edad Media, el Camino de Santiago se convirtió en una de las principales rutas de peregrinación de la cristiandad, junto con Jerusalén y Roma.
La ruta fue potenciada por reyes, nobles y clérigos, que promovieron la construcción de hospitales, monasterios y puentes para facilitar el viaje de los peregrinos.
La influencia cultural y religiosa del Camino se extendió por toda Europa, dejando una huella profunda en la arquitectura, el arte y la literatura.
Aunque el Camino vivió tiempo de después una época de cierta decadencia se recuperó con el tiempo.
El sepulcro de Santiago y el Camino en la actualidad
Hoy en día, el Camino hacia el sepulcro de Santiago el Mayor es una de las rutas de peregrinación más populares del mundo.
Miles de personas de todas las edades y nacionalidades emprenden el viaje cada año, ya sea por motivos religiosos, espirituales, culturales o deportivos.
El Camino ofrece una experiencia única de conexión con la historia, la naturaleza y uno mismo, recorriendo paisajes impresionantes y pueblos llenos de encanto.
Y con la llegada de la edad moderna el Camino sube cada día. Seguramente porque en un tiempo como el actual en el que vivimos con más tecnología, ocupaciones y estrés quedan pocos sitios y momentos para conectar con nuestra fe, nuestra espiritualidad y con nosotros mismos.
El Camino y la visita al Sepulcro de Santiago es uno de esos momentos y lugares y los pasos hasta llegar a allí son una ruta personal como no encontrarás en ningún otro sitio.
Peregrinar al sepulcro de Santiago no solo es un acto de devoción, sino también un viaje a través del tiempo y el espíritu humano.
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