¿Cuáles son las lesiones frecuentes en el Camino de Santiago?

La preparación en el Camino de Santiago es fundamental para poder hacerlo cómodamente, sobre todo cuando optamos por las rutas más largas —independientemente de que sea del Camino Francés el Camino del Norte o cualquier otro—. No contar con ella o sobrepasarse por encima de nuestras posibilidades puede dar lugar a la aparición de algunas lesiones. En este artículo vamos a explicarte cuáles son las lesiones frecuentes del Camino de Santiago, pero también cómo cuidar los pies en el Camino de Santiago para prevenirlas. ¡Presta atención!

Lesiones frecuentes Camino de Santiago: ¿Cuáles son?

Enfrentarse a las largas caminatas del Camino de Santiago para quienes no están acostumbrados es un reto. En primer lugar, por el esfuerzo que implica, pero también por las temperaturas elevadas en la temporada de calor y por las lluvias de la temporada de primavera. Ahora bien, nada es imposible y todo depende de la motivación de cada persona. Eso sí, lo primero y lo más importante que debes saber es cuáles son las lesiones del Camino de Santiago más frecuentes y por qué ocurren, de esta forma podrás evitarlas. A continuación, te explicamos cuáles son estas lesiones por caminar mucho.

Lesiones de rodilla en el Camino de Santiago

Una de las más frecuentes de todas son las lesiones de rodilla en el Camino de Santiago. Esto es así debido a que se trata de una articulación bastante frágil que, además, debe cargar con el peso de todo nuestro cuerpo, así como también con el peso extra de las mochilas para hacer el camino de Santiago. Las lesiones de rodilla en el Camino de Santiago, así mismo, pueden ser de varios tipos, dependiendo de la zona afectada en cuestión y cómo. Estas son:

  • Tendinitis: Consiste en la inflamación o irritación del tendón por sobrecargarlo en exceso y de manera constante. En el caso de la rodilla, la tendinitis puede ser rotuliana o de pata de ganso. Ambas se caracterizan por una sensación de dolor en la zona, así como de inflamación y presión. Generalmente este trastorno suele causar dolor y sensibilidad justo en la zona de afuera de la articulación.
  • Contracturas: Es uno de los problemas más típicos debido al aumento de la tensión de las fibras musculares encargadas del movimiento. La contractura tiene lugar cuando se sobrecarga el músculo, ya sea por el estrés repetitivo, el desnivel de terreno o la falta de descanso y ejercicios de estiramiento.
  • Condromalacia rotuliana: Posiblemente esta sea una de las lesiones más comunes, pero menos conocidas. De hecho, todas las personas tienen cierto grado de condromalacia. Esto tiene lugar por un desgaste de las superficies articulares entre la rótula y el fémur y depende en gran medida de los músculos del muslo cuádriceps y de los isquiotibiales. Generalmente se provoca por la presión que se genera por un mal trabajo entre ambos músculos, causando el desgaste acelerado. Es algo que suele notarse como dolor de piernas y rodillas en el Camino de Santiago, aunque ya estuviera ahí de antes.

Lesiones en el pie por caminar mucho

Las lesiones en el pie por caminar mucho son, así mismo, una de las lesiones del Camino de Santiago más frecuentes. En este caso podemos distinguir las siguientes:

  • Ampollas: Todo buen peregrino sufrirá al menos alguna ampolla al finalizar el Camino de Santiago o durante el recorrido. Y es que estadísticamente estas ocupan el primer puesto de lesiones comunes —de hecho, 4 de cada 5 peregrinos suelen padecerlas—. Estas tienen lugar a causa del roce y de la fricción con el calzado y las medias. Afortunadamente este tipo de lesiones en el pie por caminar mucho no son muy graves. Eso sí, es importante desinfectarlas correctamente en el caso de que se revienten.
  • Esguinces: Los esguinces en el tobillo tienen lugar cuando existe una lesión en algunos de los ligamentos. Suelen producirse a causa de torceduras en terrenos irregulares, por utilizar un calzado inadecuado o por situaciones de excesivo cansancio —sobre todo, al final del trayecto al dar pasos menos precisos y descuidar nuestra forma de caminar—.
  • Metatarsalgia: La metatarsalgia produce dolor punzante e inflamación en la bola del pie (metatarso). Suele manifestarse con durezas y callosidades y el dolor aumenta al caminar descalzo por superficies duras. Esta tiene lugar a causa de los múltiples impactos del pie al caminar en los largos recorridos del Camino de Santiago.
  • Fascitis plantar: La fascitis plantar suele estar provocada por una sobrecarga y un aumento de la sensibilidad en la zona de las estructuras blandas del pie, entre el hueco de la planta del pie y el hueso. Suele tener lugar a causa de la utilización de calzado muy plano o blando, uso de botas con horma inadecuada o con suela muy dura y por alteraciones anatómicas de base (como pies planos).

Rozaduras y dolor de piernas en el Camino de Santiago

El roce de los pantalones y de la ropa interior con las ingles y los muslos ocasiona, en muchas ocasiones, ampollas e irritaciones. Las rozaduras en esta zona pueden provocar, incluso, la aparición de heridas con sangrado. Por lo general, esto tiene lugar por la utilización de una indumentaria inadecuada. Es importante utilizar ropa cómoda, ligera y flexible para evitar que esto ocurra. Evita las prendas muy apretadas y estrenar ropa interior en el viaje.

Caídas y otros accidentes

Los golpes, así como las caídas y los accidentes son responsables en muchas ocasiones de las lesiones frecuentes en el Camino de Santiago, sobre todo para las personas que deciden hacerlo en bicicleta. Aunque también al caminar por terrenos con pendientes y desnivel o zonas pedregosas, también por el cansancio acumulado en los últimos tramos. Es importante ir con cuidado y prestar atención a los pasos que damos en todo momento.

Cómo cuidar los pies en el Camino de Santiago y prevenir lesiones

Como decíamos al principio, conocer las lesiones del Camino de Santiago más habituales, así como las causas que lo provocan resulta de gran utilidad para poder prevenirlas. Aparte de ello es recomendable, también, tener en cuenta algunos consejos para mejorar el cuidado de los pies en el Camino de Santiago y del resto de zonas de nuestro cuerpo que son más propensas a sufrir lesiones. Te recomendamos que tengas en cuenta lo siguientes:

  • Utiliza un calzado cómodo y apropiado para el Camino de Santiago.
  • Estira adecuadamente antes de iniciar cada tramo.
  • Utiliza una mochila ligera para evitar cargar tu espalda.
  • Lleva ropa cómoda y ligera.
  • Sigue las vías señalizadas y estate atento al camino.
  • No estrenes calzado ni ropa nueva para hacer el Camino de Santiago.
  • No te precipites y sigue tu propio ritmo.

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